Debemos recordar que cada persona es diferente; pensamos diferente, sentimos diferente, actuamos de manera diferente, vemos las cosas de manera diferente. Esto hace que en nuestras relaciones cotidianas surjan, de manera natural, conflictos que no son ni buenos ni malos, el aspecto negativo o positivo de los conflictos depende de la manera en qué nosotros los afrontamos.
La Mediación es un método alternativo de resolución pacífica de conflictos, donde se crea el espacio adecuado para que las partes implicadas en un conflicto, de manera voluntaria, consigan entablar una comunicación efectiva y puedan llegar a un acuerdo que satisfaga las dos partes.
En todo proceso de mediación son presentes las personas afectadas por el conflicto y una tercera persona externa, aliena al conflicto, aceptada por los implicados en el mismo, y sin capacidad decisoria, denominada mediador.
La Mediación es por lo tanto, un proceso voluntario en el cual dos o más partes involucradas en un conflicto trabajan con un profesional imparcial, el mediador, para generar sus propias soluciones para resolver sus diferencias.
La Mediación es una forma flexible de resolución de conflictos, que permite a las partes en disputa una solución previa al que hubiera constituido un litigio.
Se garantiza la privacidad y confidencialidad de toda la información aportada, puesto que nada del que se ha expuesto durante el desarrollo de la mediación puede darse a conocer fuera de ella.
El mediador actúa con total neutralidad y no impone el acuerdo que solucione el conflicto, son las partes las que crean el acuerdo que los beneficia, siempre que el acuerdo esté dentro de la legalidad. La Mediación ofrece a las partes una oportunidad de ganar una mayor comprensión de su conflicto, y limitar el coste (tanto en tiempo como en dinero) que implica un procedimiento legal completo.
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